El actor estadounidense y embajador de Armani Code Absolu, el nuevo perfume de Giorgio Armani, rompe con los estereotipos de la masculinidad tradicional
Hace unos años, los niños miraban western y fantaseaban con convertirse en el rudo sheriff o el forastero temerario encarnados por Clint Eastwood. Pero la sociedad cambia y, en plena era #MeToo, también los arquetipos de masculinidad. Los hombres ya no quieren sentirse obligados a ser valientes y duros. Ni siquiera los famosos. “Nunca he estado cómodo con ese tipo de hombre que tensa la mandíbula y mira de soslayo sin ninguna razón aparente, y que habla con voz profunda. No va conmigo y nunca irá”, confesó en una ocasión el actor Ryan Reynolds, embajador de la fragancia Armani Code Absolu.
Con una salida cítrica en clave de mandarina verde y manzana, desde el corazón del aroma se abren paso la flor de azahar, la nuez moscada y las semillas de zanahoria, hasta llegar al haba Tonka y al ron, que le otorgan profundidad. Un contraste de amargos y dulces que enfatizan la dualidad del nuevo hombre, que puede ser tan seductor como sensible, tan irresistible como vulnerable. Tan Ryan Reynolds, vamos.
El canadiense es un claro ejemplo de ese nuevo modelo de lo masculino: sensible, irónico y seductor. Sensible como demuestra con sus declaraciones. Padre de tres hijos con la también actriz Blake Lively, en una entrevista aseguró que el mejor olor del mundo era la cabeza de un bebé, y que desearía que inventasen una forma de almacenarlo. Vamos, que no teme que le acusen de cursi.
Irónico porque es capaz de reírse de sí mismo, como hizo con su participación en la película Linterna verde (2011), que cosechó malas críticas entre público y profesionales. ¿Su reacción? Un vídeo en el que Deadpool (interpretado por él mismo) le dispara mientras lee el guion y decide involucrarse en el proyecto. “De nada, Canadá”, dice tras matarle.
Seductor como se aprecia en la campaña del perfume. Lanzada el pasado marzo, redefine el concepto de lo masculino, y enseña a un hombre (Ryan Reynolds) y una mujer (Elodie Yung) que colaboran para conseguir resultados, siempre con un toque divertido, sin tomarse la situación, ni a ellos mismos, demasiado en serio. La seducción del hombre no se construye con músculos y temeridad, sino con sencillez, humor y empatía. Y con un toque de Armani Code Absolu.